Pareja

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«Todas las parejas tienen problemas».

Esta es una frase que hemos escuchado muchas veces, y no me refiero a las veces que la he escuchado yo en consulta, que por cierto son muchísimas, sino, en la calle, en una cena con amigos, etc. Es cierto, la adaptación a una persona nueva en tu vida, la convivencia y los problemas cotidianas favorecen las desavenencias. Pero hay momentos, que la mayoría de nosotros vamos a vivir, que potencian las dificultades y pueden generar CONFLICTOS. Los más importantes, entre otros, son:

– Los cambios laborales en uno de los miembros de la pareja puede crear inestabilidad en la organización del hogar.

– El nacimiento de un hijo, por supuesto, suele ser uno de los eventos más importantes en la vida de una pareja, y requiere de muchas habilidades para manejarlo de forma adaptativa.

– Problemas de relación con la familia, política o propia.

– El reparto de roles, sobre todo en lo referente a las tareas del hogar.

– Dificultades económicas.

– Desajuste sexual.

– Problemas en la comunicación.

Existen varios e importantes motivos que nos hacen plantearnos la TERAPIA cuando hay problemas de PAREJA:

–          Ayudar en la mejora de la relación, favoreciendo la interacción familiar y social y manteniendo la estabilidad emocional en los miembros de la pareja.

–          Si la relación de pareja ya no es salvable, facilitar los procesos de separación y divorcio, sobre todo cuando hay hijos que puedan pagar los platos rotos. Además ayudar a  afrontar el proceso de cambio y adaptarse a las nuevas circunstancias tras un divorcio, puesto que más de la mitad de las personas que han roto su relación tienen más problemas físicos y emocionales.

Pero la pregunta es:

“Si todas las parejas tienen problemas, ¿cuándo es recomendable acudir a un psicólogo?”

Algunas de las cosas que con más frecuencia escucho en consulta cuando inicio una evaluación de pareja son….:

–          “No nos entendemos”, “No hacemos más que discutir”, “Hace más caso a lo que le dice cualquiera de fuera que a mí”, “No me escucha”…

–          “Nunca tiene tiempo para mí”, “Pospongo el momento de llegar a casa…total para qué?”…

–           “No sabemos hacer nada juntos”, “Ya no disfrutamos de nuestro tiempo», «Hemos hecho muchos intentos y al final siempre acabamos igual»…

–          “Estoy harta de ser su madre”, “Siempre tengo que repetirle las cosas», «Tengo que hacerlo yo todo»…

En las parejas que existe el amor, si alguno de los tres pilares de las relaciones no funciona (disfrutar juntos de actividades, la sexualidad y la comunicación), es hora de llamar al psicólogo.

Pilar Solana Muñoz. Psicóloga Clínica.

http://www.almapsicologia.com