Tradicionalmente se nos ha educado en ciertas costumbres, rituales a la hora de enfrentarnos a un funeral, y a veces no somos conscientes de si en realidad estamos ayudando o no a los dolientes.
Todos tenemos pérdidas personales y tal vez te hayas encontrado con el dilema de qué hacer o decir, tanto el día del funeral como días, semanas después, cuando el resto del mundo continúa con su vida y los dolientes continúan con su dolor…
Aquí me gustaría contarte algunas de las cosas que convienen y que no a la hora de acercarte a personas en proceso de duelo, algunas de las más importantes son estas:
– No te plantees qué decir, lo importante es estar a su lado, aunque sea en silencio. Aprende a sentirte cómodo con el silencio del doliente.
– No inhibas la expresión de sentimientos del doliente. Aquellos comentarios del tipo «no llores más», «déjalo ir en paz», «piensa en tu familia, tienes que ser fuerte»…son inadecuados.
– Permite a la persona que exprese sus sentimientos, y ten cerca tu hombro el tiempo que haga falta, el tiempo lo marca él, su dolor. Escucha de forma comprensiva.
– Intenta tomar la iniciativa a la hora de ofrecer tu ayuda, las personas en duelo ni siquiera tienen fuerza para pedirte nada, incluso muchas veces «no quieren molestar» de modo que no lo harán. Aquello de «cuando me necesites me llamas», «si necesitas algo…ya sabes» aquí no van a servir.
– No le digas a la persona en duelo lo que tiene que hacer, en lugar de eso, estate atento a sus necesidades y ayudale en lo que veas preciso.
– Dejar a un lado frases del tipo «el tiempo lo cura todo» por que, no sólo no es cierto, sino que además, se van a sentir mal a medida que vaya pasando el tiempo y continúen con su dolor.
A veces, lo sencillo y natural es lo más cómodo para todos, y si, se te saltan las lágrimas al lado del doliente y provoca el llanto de éste, no sufras, le estás ayudando a expresar su duelo.
Pilar Solana Muñoz. Psicóloga Clínica.
todo cierto y muy bonito dentro de lo doliente.
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