
“Yo soy el pilar que sustenta el bienestar de los demás”¸”tengo que poder con todo”, “no está permitido que yo muestre signos de debilidad, no por mi, sino por los demás para que se sientan seguros”
Este es el tipo de pensamiento de personas resolutivas, cuando tienen un problema buscan una solución, se preocupan de aprender no sólo lo que pone en los libros, sino de cualquier cosa que les ocurra en la vida (cocinar, reparar un mueble que cojea, quitar un mal olor, cambiar un faro del coche, saber qué le pasa a un bebé que llora y qué hacer…..) , aprenden viendo cómo otros lo han resuelto, equivocándose una y otra vez, buscando información de cualquier fuente, ya sea digital o preguntando a gente que sabe más hasta que dan con la respuesta.
Aquí van aprendiendo a pensar y cada vez les resulta más fácil, hasta aquí bien, pero los problemas empiezan cuando esa facilidad (porque se han entrenado) no permite que los que están a su alrededor la entrenen, están tan acostumbrados a buscar soluciones para ellos que también lo hacen para los demás, sólo por el hecho de ayudarlos en su día a día, “para que no sufran , porque les quiero y me pongo del hígado cuando veo que están en esa situación tan molesta… total, a mi no me cuesta nada” (nada? Veremos qué repercusiones tienen) y acaban diciendo………,”deja que ya lo hago yo”, “a ver? …Déjame que piense y cuando lo tenga te lo doy”,
Esto está muy bien, pero llega un momento que estas personas sienten que o lo hacen ellos o los demás no lo van a saber hacer, genera inseguridad en ellos y dependencia en el otro.
“Y si un día yo no encuentro la solución?”
“Creo que los demás cuando tienen un problema no piensan, simplemente dejan que yo me dé cuenta y lo arregle”
”No es justo, todo me toca a mi!”
“Yo no lo sé todo, pero me esfuerzo por hacerlo, ¿por qué los otros no lo hacen?”
”Me enfada ver esa pasividad en los que me rodean”.
Aquí pueden aparecer síntomas de depresión, ira, enfados con personas cercanas, falta de control de las emociones, indefensión aprendida, ansiedad ….. y todo esto, cuando acuden a consulta suele aparecer la frase “no me ha pasado nada en especial, solo que un día empecé a encontrarme mal” es un comportamiento que a la larga afecta mucho más de lo que pensamos y deseamos.
Con esto no quiero que se piense “voy a dejar de hacer cosas por los demás, voy a ser inactivo, que se apañen como lo he hecho yo”, pero sí conviene detectar qué momentos y situaciones hay que enseñar y cuales es mejor resolver , ¿enseñar?.. ¿el qué? Esto no es una materia, no es un tema, esto es la vida, no sabemos a qué nos vamos a enfrentar mañana o dentro de 3 minutos pero cuando ocurra nos gustaría saber actuar por nosotros mismos y si además en ese momento podemos tener cerca de alguien que aporte ideas mejor, dos cabezas piensan más que una…….. personas resolutivas….ENSEÑEN A APRENDER A PENSAR!
- Guiad en lugar de apartarlos
- Dejarles tiempo
- Si lo hacéis vosotros… explicarles cómo habéis llegado a esa solución
- Mostrarles que ellos también pueden hacerlo aunque se equivoquen muchas veces.
- Vosotros no lo sabéis todo y en ocasiones también os preguntáis si lo estáis haciendo bien, es frecuente que ellos tengan la creencia que vosotros estáis seguros de todo lo que hacéis y que todo lo hacéis bien…….. DECÍRSELO!
Este es un problema muy frecuente entre parejas por una parte y entre padres e hijos. Enfadarse no es la solución!
Lorena Pomer Castillo
Psicóloga CV-12.054
A veces me he sentido asi , jeje. Procuraré enseñar cuando vea necesario, porque también los demás tienen la capacidad de hacer casi cualquier tarea.
Gracias
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Esa es la idea Rafa,
sigue así que sé, de buena tinta, que lo haces fenomenal 😉
Un saludo, Pilar Solana
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